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“Good” job, men

Rápido pasa lo bueno, quizá demasiado. El E3 del 2013 nos abandona, pero deja en su estela una buena lista de grandes momentos, algunos elementos con desajustes pero sobre todo, muchos y buenos juegos. Que no variados. ¡Dentro texto! Lo mejor en esta ocasión sería empezar con la que podría considerarse la mejor conferencia, siempre bajo el punto de vista del aquí firmante.

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Partimos de las tierras del Tío Sam, donde habita Microsoft. Los padres de la futura Xbox One han sabido realizar con gracia la ponencia de su futuro hardware, esta vez sí, basándose en exclusiva en los juegos que ofrecerá en un período de tiempo no muy lejano.

Se reflotó a la vieja saga Killer Instict (una de las pocas sorpresas auténticas de toda la feria) y no faltaron la presencia de viejas franquicias que mostraban una nueva continuación. Véase el dúo de terceras partes formado por Dead Rising 3 o The Witcher 3. El primero de ambos de pleno plausible: hordas de zombies que rodean al protagonista a lo largo y ancho de la ciudad, armas improvisadas con objetos al azar…Así da gusto volver a vivir otra aventura de no-muertos.

Con una cinemática ejemplar, Halo aparecía también, después de mucho ocultarse tras una túnica en su trayecto por el desierto. Por acabar con los nombres conocidos y añadiendo el tono de humor al momento, se mostró Battlefield 4 tras medio minuto de intentos por parte de la compañía.

El público comenzaba a hacer de las suyas cuando finalmente Patrick Soderlund arrancó la demostración del shooter. Ciertas esperanzas no plenas se asomaron por la verde sala tras el anuncio de nuevas IP´s como Ryse, Titanfall o el frenético y desenfadado Sunset Overdrive, que gozará un marcado estilo cartoon y usará armas tan divertidas como un lanzador de vinilos o un disparador de refrescos.

La sombra negra en Xbox se asoma en forma de los géneros predominantes: disparos, disparos y más tiroteos. Habrá que despejar las incógnitas en torno al peculiar Quantum Break o el por ahora desconocido D4, pero la tendencia de las armas de fuego de la presente generación no parece que vaya a erradicarse con tanta facilidad.

Al margen de todo, hubo tiempo para Smart U, perdón, SmartGlass y algo para Xbox 360, aunque fue tan escaso que casi no merece la pena ser citado. Para colmo, fue al inicio. No podemos obviar a pesar de que no se trate de la demostración en sí, el cambio de política que desde Microsoft se está llevando para con los usuarios de One.

En un primer instante, se obligaba la conexión permanente de la consola a Internet –imposibilitándose el juego en aquellas zonas donde la otrora Telefónica no hubiera puesto un pie-, la segunda mano se dificultaba mediante pagos a las tiendas y la libertad de región era inexistente. Esto se traducía en la imposibilidad de exportar juegos de América, Japón o el Congo.

Sin embargo, la noticia de última hora ha sido que bajo las presiones del colectivo de jugadores, se ha acabado cediendo y todas esas limitaciones han expirado. Grato comunicado para los potenciales compradores de la consola, pero el intento de “dictadura digital” dejará secuelas en la confianza de los poseedores de una 360.

Sony lo tenía todo y se ha quedado con la mitad. Si acaso. Mientras que antes se llevaba por delante a su principal enemigo en cuanto a lo citado previamente –entrañable y sucio el vídeo de Pasos para compartir un juego de PS4- tras la rectificación de Microsoft lo único que le queda es su más que aceptable precio. Por el “módico” precio de 399 euros, podrá manejar a los protagonistas de los nuevos The Order, con un Londres al más puro estilo steampunk, los ígneos poderes del “Segundo Hijo” de Infamous o al simpático y extravagante mago de The Dark Sorcerer, título que parece romper con la “cuarta pared”.

En cuanto a la demostración fue larga, a ratos tediosa y en otras ocasiones aburrida, directamente. Añadiéndole faltas y aunque One lo haya hecho también, con PS4 esta forma de proceder es más evidente: en su mayoría, no se muestran exclusivos.

Entregas como Final Fantasy XV, Kingdom Hearts III –sí, recuérdenme que les dé la enhorabuena que se merecen- o Destiny aparecieron en el espacio de Sony, pero podría haberlo hecho en el de Microsoft o Nintendo y hubiera sido lo mismo.

Clama al cielo el caso de Watch Dogs, que poco le ha faltado para que salga incluso en Game Boy Color. Se llevan un punto negativo por promocionar juegos tan cercanos en el tiempo como The Last of Us, y otro positivo por darle espacio a PS3. Se ve que piensan seguir la misma táctica que con el fin del ciclo de PS2. ¿Vita? La gran olvidada.

El tirón de orejas va para Nintendo, pero merecido además. No se han presentado “directamente” sino a través de un Nintendo Direct Especial (especialmente corto), no han llegado a los cuarenta minutos de charla y ni una única sorpresa. Han jugado medianamente bien sus cartas de cara a Wii U, siguiendo la línea que ya recomendábamos y vaticinábamos en PrE3parativos: 3DS se ha echado gentilmente a un lado para darle paso a su malherida hermana mayor. Aun con todo, no es suficiente.

La vigésima entrega calcada de Super Mario Bros. en la que ¡oh, cielo santo, podemos manejar a Peach!, un nuevo aunque reciclado Donkey Kong, el correspondiente Wii U Fit y Party, junto a Art Academy se suman al registro de juegos “Made in Originality”.

El Direct podría haber ido mejor quitándole todo este relleno y dejando lo único bueno que tuvo. Porque eso sí, hubo escasez de aportaciones relevantes, pero las excepciones fueron auténticas maravillas.

Abrimos este apartado con Bayonetta 2, que no parece aportar demasiado nuevo frente a su predecesor, pero se muestra más espectacular y desafiante. El cambio de look de la bruja le viene genial. Pero el grueso, la esencia verdadera vino con X. Tamaña creación cuenta con una ambientación que recuerda ligeramente a una fusión entre Monster Hunter, Xenoblades Chronicles, los personajes de Crisis Core, aderezado con los droides de Neon Genesis Evangelion. Como nota a pie de página, bonito detalle la inclusión de Megaman en Super Smash Bros.

Si perciben un aire positivo sobre el E3 de este año en esta crítica, están en lo cierto. Todo tiene siempre un margen de mejoría, mayor conforme nos vamos acercando a Nintendo, pero no se trata ni de lejos del despropósito del año anterior.

Han faltado novedades, han sobrado booth babes, pero ha habido una sensación de calidad generalizada que le viene muy bien al mundillo. Quizá fuera cierto que era necesaria una nueva generación. Quizá lo fuera porque de lo contrario, las compañías se negaban a trabajar todo lo que deben.

SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN
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