Estimada señora: Me imagino que a estas alturas ya conocerá el revuelo que ha levantado en nuestro país la publicación de su libro Cásate y sé sumisa, que originalmente apareció en el suyo, es decir, en Italia. En España, como ya todos sabemos, ha salido en una editorial titulada Nuevo Inicio que promueve el arzobispo de Granada.
La verdad es que resulta sorprendente la fama alcanzada por un libro antes de ser leído. Por mi parte, quisiera indicarle que, efectivamente, no ha caído todavía en mis manos, aunque he hecho lo posible para hacerme con él.
Le explico. Recientemente he estado en un congreso internacional en Barcelona y, puesto que es una gran ciudad con muchas librerías, me propuse localizarlo, pues mi intención era tenerlo y comentarlo en clase conjuntamente con mis alumnos y alumnas.
Quizás, usted se pregunte a cuento de qué me propongo llevar el libro a clase y debatirlo con los estudiantes. Por mi parte se lo voy a aclarar: a lo largo de los años he investigado sobre el desarrollo emocional de niños y niñas en el seno de la familia a través de un lenguaje singular como son los dibujos, lo que me permite conocer aspectos esenciales dentro de la relación que mantienen sus padres con ellos y cómo les afecta en la formación de su personalidad. Esa fue la razón que me impulsó a buscarlo.
La primera tentativa se produjo en ese sorprendente centro comercial en el que se convirtió el ruedo de Las Arenas de la ciudad catalana. Así, en uno de los locales, destinado a instrumentos de multimedia, música y librería, me acerqué a una de las dependientas que estaba cerca de donde me encontraba.
Haciendo un cierto esfuerzo mental, le pregunto: “Por casualidad, tenéis un libro titulado 'Cásate y sé sumisa', que recientemente ha aparecido”. La chica, con algo de asombro, me mira y me indica: “Lo siento, pero no lo hemos recibido”. Puesto que el título ya de por sí es motivo de sonrojo, de nuevo le insisto: “¿Tienes alguna noticia de este libro que ha levantado tanta polémica? Es que quisiera tenerlo para comentarlo en clase y, quizás, realizar algún artículo sobre él”.
Dado que de algún modo se aclara que no soy miembro de ningún grupo integrista de los muchos que hay en nuestro país (Opus Dei, Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal, Legionarios de Cristo…), mi interlocutora se tranquiliza y me comenta: “Le puedo asegurar que este centro no va a vender ese libro; no es su línea. De todos modos, si está interesado acerca de lo que dice su autora le informo que tiene un blog en el que escribe y va comentando sus ideas”.
Le doy las gracias por la información y me despido. En los días siguientes, intento de nuevo encontrarlo en otras librerías sin alcanzar mi objetivo. Parece ser que ese supuesto best-seller en Italia no va por buen camino en España.
Con lo expuesto, quiero decirle, señora Miriano, que en mi caso no intento apoyarme en los comentarios que se han realizado en los distintos diarios o medios radiofónicos y televisivos en los que se ha criticado duramente su libro, sino que leeremos directamente lo que usted misma ha escrito antes de pasar a comentarlo.
Pero el que todavía no disponga de un ejemplar no es óbice para que le exprese mi opinión basada en el título del propio libro y en su horrenda portada.
De entrada, le puedo asegurar que la sumisión es todo lo opuesto de lo que he venido defendiendo a lo largo de mi vida y que lo he expresado en todos los foros en los que me he encontrado. Por supuesto, de manera muy especial con mis alumnos, a los que he manifestado que la igualdad de derechos en los géneros es uno de los grandes avances que se ha producido en nuestra sociedad.
También, que esos niveles de igualdad (todavía incompletos) se han logrado con “sangre, sudor y lágrimas”, frase que tomo del premier británico Winston Churchill cuando se dirigió a la población para explicarle los sufrimientos que iban a padecer ante el enfrentamiento contra la barbarie nazi que se acercaba.
No quisiera alargarme mucho sobre este punto, puesto que daría a que escribiera un libro basado en los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad. ¿Le suena algo esta reivindicación ya centenaria, base de la Revolución francesa de 1789, y que es el fundamento de lo que hoy entendemos por derechos humanos?
Por otro lado, lo que sí me sorprende es un título tan explícito, en el que de manera imperativa se indica “sé sumisa”. Se lo digo porque lo habitual es que en la portada aparezca el contenido de forma más metafórica, más idealizada, por lo que podría haber sido algo así como, por ejemplo, Cartas a una mujer casada y feliz, aunque el camino interior que se describa en el texto sea el que lleva al infierno de la infelicidad, a través de la sumisión al marido.
¿Y qué decir de ese infantiloide y casposo dibujo que aparece en la portada del libro? ¿A quién se le ha ocurrido semejante engendro de imagen?
No acabo de entender que usted nos diga que es periodista, de lo que se deduce, por un lado, que está en contacto con los medios de comunicación actuales y, sin embargo, no tenga el más mínimo conocimiento de diseño y de las imágenes que circulan por este mundo globalizado.
O quizás, yo esté equivocado en la apreciación y, bajo el asesoramiento de su editor, esa portada le venga como anillo al dedo: un dibujo acorde con las ideas anacrónicas y machistas que, a buen seguro, defiende en su libro. Eso sí, me imagino que todo ello arrobado con incienso y palabras melifluas, para dar un aire de santidad y beatitud a lo que supongo es una defensa de relaciones basadas en la apariencia, la falsedad y, lo que es peor, en la anulación de unas personas para que otras se consideren importantes.
En fin, señora Miriano, no quiero hacerle perder su precioso tiempo, que seguro necesita para llevar “la buena nueva” a tantas y tantas mujeres supuestamente necesitadas de sus impagables consejos. Solamente quiero indicarle que si finalmente logro localizar ese “maravilloso” libro lo compraré, me gastaré el dinero para que en la clase, entre todos, de forma libre y no sumisa, debatamos lo que en él se dice, con el fin de que tanto los alumnos como las alumnas comprueben que hay ideas para todos los gustos (aunque en algunas, tras bellas palabras, se escondan el más mortal de los venenos).
Mientras tanto, quedo a su disposición para las aclaraciones que usted desee.
La verdad es que resulta sorprendente la fama alcanzada por un libro antes de ser leído. Por mi parte, quisiera indicarle que, efectivamente, no ha caído todavía en mis manos, aunque he hecho lo posible para hacerme con él.
Le explico. Recientemente he estado en un congreso internacional en Barcelona y, puesto que es una gran ciudad con muchas librerías, me propuse localizarlo, pues mi intención era tenerlo y comentarlo en clase conjuntamente con mis alumnos y alumnas.
Quizás, usted se pregunte a cuento de qué me propongo llevar el libro a clase y debatirlo con los estudiantes. Por mi parte se lo voy a aclarar: a lo largo de los años he investigado sobre el desarrollo emocional de niños y niñas en el seno de la familia a través de un lenguaje singular como son los dibujos, lo que me permite conocer aspectos esenciales dentro de la relación que mantienen sus padres con ellos y cómo les afecta en la formación de su personalidad. Esa fue la razón que me impulsó a buscarlo.
La primera tentativa se produjo en ese sorprendente centro comercial en el que se convirtió el ruedo de Las Arenas de la ciudad catalana. Así, en uno de los locales, destinado a instrumentos de multimedia, música y librería, me acerqué a una de las dependientas que estaba cerca de donde me encontraba.
Haciendo un cierto esfuerzo mental, le pregunto: “Por casualidad, tenéis un libro titulado 'Cásate y sé sumisa', que recientemente ha aparecido”. La chica, con algo de asombro, me mira y me indica: “Lo siento, pero no lo hemos recibido”. Puesto que el título ya de por sí es motivo de sonrojo, de nuevo le insisto: “¿Tienes alguna noticia de este libro que ha levantado tanta polémica? Es que quisiera tenerlo para comentarlo en clase y, quizás, realizar algún artículo sobre él”.
Dado que de algún modo se aclara que no soy miembro de ningún grupo integrista de los muchos que hay en nuestro país (Opus Dei, Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal, Legionarios de Cristo…), mi interlocutora se tranquiliza y me comenta: “Le puedo asegurar que este centro no va a vender ese libro; no es su línea. De todos modos, si está interesado acerca de lo que dice su autora le informo que tiene un blog en el que escribe y va comentando sus ideas”.
Le doy las gracias por la información y me despido. En los días siguientes, intento de nuevo encontrarlo en otras librerías sin alcanzar mi objetivo. Parece ser que ese supuesto best-seller en Italia no va por buen camino en España.
Con lo expuesto, quiero decirle, señora Miriano, que en mi caso no intento apoyarme en los comentarios que se han realizado en los distintos diarios o medios radiofónicos y televisivos en los que se ha criticado duramente su libro, sino que leeremos directamente lo que usted misma ha escrito antes de pasar a comentarlo.
Pero el que todavía no disponga de un ejemplar no es óbice para que le exprese mi opinión basada en el título del propio libro y en su horrenda portada.
De entrada, le puedo asegurar que la sumisión es todo lo opuesto de lo que he venido defendiendo a lo largo de mi vida y que lo he expresado en todos los foros en los que me he encontrado. Por supuesto, de manera muy especial con mis alumnos, a los que he manifestado que la igualdad de derechos en los géneros es uno de los grandes avances que se ha producido en nuestra sociedad.
También, que esos niveles de igualdad (todavía incompletos) se han logrado con “sangre, sudor y lágrimas”, frase que tomo del premier británico Winston Churchill cuando se dirigió a la población para explicarle los sufrimientos que iban a padecer ante el enfrentamiento contra la barbarie nazi que se acercaba.
No quisiera alargarme mucho sobre este punto, puesto que daría a que escribiera un libro basado en los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad. ¿Le suena algo esta reivindicación ya centenaria, base de la Revolución francesa de 1789, y que es el fundamento de lo que hoy entendemos por derechos humanos?
Por otro lado, lo que sí me sorprende es un título tan explícito, en el que de manera imperativa se indica “sé sumisa”. Se lo digo porque lo habitual es que en la portada aparezca el contenido de forma más metafórica, más idealizada, por lo que podría haber sido algo así como, por ejemplo, Cartas a una mujer casada y feliz, aunque el camino interior que se describa en el texto sea el que lleva al infierno de la infelicidad, a través de la sumisión al marido.
¿Y qué decir de ese infantiloide y casposo dibujo que aparece en la portada del libro? ¿A quién se le ha ocurrido semejante engendro de imagen?
No acabo de entender que usted nos diga que es periodista, de lo que se deduce, por un lado, que está en contacto con los medios de comunicación actuales y, sin embargo, no tenga el más mínimo conocimiento de diseño y de las imágenes que circulan por este mundo globalizado.
O quizás, yo esté equivocado en la apreciación y, bajo el asesoramiento de su editor, esa portada le venga como anillo al dedo: un dibujo acorde con las ideas anacrónicas y machistas que, a buen seguro, defiende en su libro. Eso sí, me imagino que todo ello arrobado con incienso y palabras melifluas, para dar un aire de santidad y beatitud a lo que supongo es una defensa de relaciones basadas en la apariencia, la falsedad y, lo que es peor, en la anulación de unas personas para que otras se consideren importantes.
En fin, señora Miriano, no quiero hacerle perder su precioso tiempo, que seguro necesita para llevar “la buena nueva” a tantas y tantas mujeres supuestamente necesitadas de sus impagables consejos. Solamente quiero indicarle que si finalmente logro localizar ese “maravilloso” libro lo compraré, me gastaré el dinero para que en la clase, entre todos, de forma libre y no sumisa, debatamos lo que en él se dice, con el fin de que tanto los alumnos como las alumnas comprueben que hay ideas para todos los gustos (aunque en algunas, tras bellas palabras, se escondan el más mortal de los venenos).
Mientras tanto, quedo a su disposición para las aclaraciones que usted desee.
AURELIANO SÁINZ