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Relatos de una aceptación

El mercado occidental poco o nada tiene que ver con el de Oriente. Las formas de vida que se dan en ambas partes del planeta hacen que sus gustos, inquietudes y formas de consumir la cultura sean bien distintas. Es por eso que los videojuegos que se hacen en un lado y otro se diferencian tanto, especialmente en las temáticas que tratan.

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Al no buscarse el mismo tipo de entretenimiento, en los inicios, allá por los años ochenta, muchos juegos que se lanzaban en el antaño todopoderoso imperio del videojuego japonés, no llegaban a ver la luz en Estados Unidos, menos aún en Europa.

La tipología de la que más títulos se han visto presa de esta circunstancia, han sido los RPG (Role Playing Game). Así, por citar un ejemplo, el primer Final Fantasy que llegó sería el número III. Algo parecido, probablemente peor, ha pasado con otra famosa saga de rol: Tales of. A duras penas, en la época de Game Cube, llegó por primera vez una entrega a España –Tales of Symphonia-. Dicho estreno tendría lugar en el 2004, a pesar de que esta saga naciera en Japón allá por 1995, en época de Super Nintendo.

La primera aparición de un juego de este título a nuestras tierras sería uno de los pocos momentos en los que la globalización mostró algún aspecto positivo de unificar el tipo de vida de todos los ciudadanos de la Tierra. Gracias a este fenómeno de nuestra sociedad, los japoneses se han lanzado a la conquista del Viejo Continente con múltiples juegos.

El millón de copias vendidas en España de Tales of Xillia (PS3), la última entrega aparecida de la franquicia, es muestra suficiente de la buena salud que tienen los productos de temática netamente nipona a nivel español. Sin embargo, hay más pruebas que corroboran la integración de Tales Of en nuestro país y por ende, a nivel europeo.

Se ha confirmado el lanzamiento de Tales of Xillia 2, la publicación de los mangas que narran las historias de Symphonia y Tales of Symphonia Chronicles, la remasterización en Alta Definición –HD o High Definition- de las dos partes de esta entrega. No obstante, hay una prueba de oro infalible que denota la empatía con un producto: sus seguidores.

El productor de la saga Tales of, Hideo Baba –de desafortunado apellido para nuestro idioma-, tuvo a bien de acercarse a la decimonovena edición del Salón del Manga de Barcelona. Este creador estuvo presente en la feria de la Ciudad Condal para firmar algún objeto personal o un precioso póster que ofrecía a modo de obsequio.

¿El resultado? Una cola que se prolongaba hasta donde alcanzaba la vista y una espera de más de dos horas para citarse con el famoso desarrollador. Junto a él, representantes de videojuegos futuros de nombres tan conocidos como Dragon Ball Z: Battle of Gods o Saint Seiya quedaron de lleno eclipsados ante la presencia del padre de este videojuego.

Es ahí donde se demuestra que las ventas están equivocadas. Un juego puede ser comprado por 100.000 jugadores, pero estos pueden prestárselo o enseñarles cualquier juego de Tales of a sus amigos, que también gustarán de probarlo.

Las ventas no son un reflejo real de la buena acogida de un juego. Quizá sea el único valor relativamente fiable para hacer estimaciones, pero resumir cualquier estrategia de mercado a unos dígitos de ventas resulta del todo equívoco. Ante tamaña cola, queda claro que este juego de rol, que en Europa y España ha gozado de unas ventas relativas –a excepción de las últimas entregas- cuenta con una aceptación envidiable.

Es por ello por lo que animamos a Nintendo y al estudio de Tales of a que sigan distribuyendo sus productos por Europa. Porque las ventas igual no son las conseguidas en Japón, pero en ocasiones ¿no convendría anteponer la rentabilidad emotiva y apreciativa a la económica?

SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN
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