“Oye, ¿sabías que al final resulta que Darth Vader es…?” “Pero… ¿no te habías enterado que DiCaprio en Titanic…?” O la más actual “Resulta que Ted Mosby acaba con…”. Todas estas oraciones, o muy parecidas, las habréis escuchado alguna vez en vuestras vidas y la operación es siempre muy semejante: una persona, que se hace llamar “amiga”, se nos acerca y con no poca maldad, nos hace un spoiler –relato traicionero sobre un acontecimiento que tiene lugar en un punto avanzado de la historia- sobre el final de esa serie o película que tanto anhelamos comprobar por nosotros mismos.
Es ahí cuando, con toda la razón del mundo, ese ser pasa ipso facto a engrosar nuestra particular lista negra. De la cual, si es que sale, tendrá que llover bastante para que ocurra eso. En los videojuegos no estamos libres de estos “amigos” que con sus filtraciones y revelaciones empañan un evento anual que el sector aguarda como “agua de mayo”: el E3.
Desde hace años, venimos conociendo casi en su totalidad, cada una de las novedades que se van a anunciar por parte de las compañías que están presentes en el encuentro. Es innegable que la labor del periodista especializado es harto sencilla con este mecanismo: si se muestra cierto contenido días antes, es más sencillo sopesar qué aspectos puede ser más importantes para una firma y en qué línea de acción las llevará a cabo.
Además, ya de antemano se puede hacer un balance de lo que deparará la feria. Sin contar con los afortunados (no miraré a nadie) que pueden cubrirlo en persona. Ya saben los stands en los que deberán verter más su atención.
Aun con todo, no nos engañemos. Encontrar los regalos que “los reyes” han dejado por casa antes del 6 de enero está muy bien de cara a una posterior planificación del entretenimiento en los meses venideros.
Pero cuando llega el tan ansiado día, la cara de desengaño ante la ausencia total de alguna sorpresa es tremenda. Es ahí cuando queremos crecer y olvidarnos de esta nefasta festividad. El símil, aunque dispar en temática, es semejante en contenido.
El E3, que por si hay algún despistado este año ocupa del 9 al 12 de este mes, antaño era un macro evento de dimensiones desproporcionadas donde se desvelaba todo lo que estaba por llegar desde la fecha hasta la próxima edición.
En la actualidad, ha perdido gran parte del fuelle que en su día lo hizo grande. Desde el año pasado, Nintendo no hace conferencias en directo, sino una versión especial de su famoso “Direct”. Aunque este año se resarce con hasta cuatro intervenciones, siempre es de agradecer una única gran convocatoria donde se aglutine todo el material.
De todos modos, el mayor “amigo” de la expo son las filtraciones ya citadas. Por ello, aunque ya se sepan varios juegos que estarán presentes –Super Smash Bros., Sonic Boom, etc- esperemos que lo mejor o más sorprendente esté bien oculto bajo el ojal de la camisa.
A fin de cuentas, tanto PS4 como Xbox One y Wii U tienen que enseñar mucho si quieren convencer al mercado. Que actualmente, ponen bajo tela de juicio las direcciones que se están tomando. En apenas una semana lo sabremos. Un servidor esperará con anhelo información novedosa sobre Kingdom Hearts 3 y un futurible Golden Sun de sobremesa, puestos ya a pedir.
Es ahí cuando, con toda la razón del mundo, ese ser pasa ipso facto a engrosar nuestra particular lista negra. De la cual, si es que sale, tendrá que llover bastante para que ocurra eso. En los videojuegos no estamos libres de estos “amigos” que con sus filtraciones y revelaciones empañan un evento anual que el sector aguarda como “agua de mayo”: el E3.
Desde hace años, venimos conociendo casi en su totalidad, cada una de las novedades que se van a anunciar por parte de las compañías que están presentes en el encuentro. Es innegable que la labor del periodista especializado es harto sencilla con este mecanismo: si se muestra cierto contenido días antes, es más sencillo sopesar qué aspectos puede ser más importantes para una firma y en qué línea de acción las llevará a cabo.
Además, ya de antemano se puede hacer un balance de lo que deparará la feria. Sin contar con los afortunados (no miraré a nadie) que pueden cubrirlo en persona. Ya saben los stands en los que deberán verter más su atención.
Aun con todo, no nos engañemos. Encontrar los regalos que “los reyes” han dejado por casa antes del 6 de enero está muy bien de cara a una posterior planificación del entretenimiento en los meses venideros.
Pero cuando llega el tan ansiado día, la cara de desengaño ante la ausencia total de alguna sorpresa es tremenda. Es ahí cuando queremos crecer y olvidarnos de esta nefasta festividad. El símil, aunque dispar en temática, es semejante en contenido.
El E3, que por si hay algún despistado este año ocupa del 9 al 12 de este mes, antaño era un macro evento de dimensiones desproporcionadas donde se desvelaba todo lo que estaba por llegar desde la fecha hasta la próxima edición.
En la actualidad, ha perdido gran parte del fuelle que en su día lo hizo grande. Desde el año pasado, Nintendo no hace conferencias en directo, sino una versión especial de su famoso “Direct”. Aunque este año se resarce con hasta cuatro intervenciones, siempre es de agradecer una única gran convocatoria donde se aglutine todo el material.
De todos modos, el mayor “amigo” de la expo son las filtraciones ya citadas. Por ello, aunque ya se sepan varios juegos que estarán presentes –Super Smash Bros., Sonic Boom, etc- esperemos que lo mejor o más sorprendente esté bien oculto bajo el ojal de la camisa.
A fin de cuentas, tanto PS4 como Xbox One y Wii U tienen que enseñar mucho si quieren convencer al mercado. Que actualmente, ponen bajo tela de juicio las direcciones que se están tomando. En apenas una semana lo sabremos. Un servidor esperará con anhelo información novedosa sobre Kingdom Hearts 3 y un futurible Golden Sun de sobremesa, puestos ya a pedir.
SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN