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El Premio 'Profesor Barea' reconoce el trabajo del Hospital de Montilla como empresa de servicios

El Hospital de Montilla ha sido premiado en la decimocuarta edición de los Premios Profesor Barea 2016, que concede la Fundación Signo, en la categoría de ‘Centros Sanitarios como empresas de servicios: Gestión global’, por el estudio presentado bajo el título Impacto en términos económicos de 12 recomendaciones de “no hacer” en un área hospitalaria donde se analiza la aplicación de esas recomendación para la mejora de la calidad respaldadas por las sociedades científicas y cuyo objetivo es dejar de llevar a cabo actuaciones que se han demostrado obsoletas o ineficaces en el ámbito de la salud, como es el caso de determinadas pruebas analíticas en muestras de laboratorio.



En los últimos años distintas sociedades científicas y organizaciones sanitarias han generado recomendaciones orientadas a disminuir las intervenciones sanitarias que no han demostrado eficacia ni efectividad alguna, a ello se le conoce como Compromiso por la calidad de las Sociedades Científicas en España, también denominado ‘cultura del “no hacer”’, que buscan la mejora continua de la calidad asistencial.

En base a todo ello, el trabajo premiado evalúa el impacto en términos asistenciales y económicos de una selección de estas novedosas recomendaciones de “no hacer” en el Hospital de Montilla. Para ello, se ha llevado a cabo un estudio antes-después durante los años 2014 y 2015.

Así, tras consensuar entre distintos niveles y áreas asistenciales, y en base a las recomendaciones de las sociedades científicas, se protocolizó dejar de realizar determinadas analíticas en pruebas de laboratorio que se han demostrado inefectivas o bien obsoletas. En otros casos se limitó su uso a patologías concretas donde sí son útiles o se estableció unos intervalos mínimos entre prueba y prueba.

Como resultado, tras la implantación del protocolo, se observó que se dejaron de hacer 27.391 determinaciones (una reducción del 33%). Así, las conclusiones del estudio son que la adopción y consenso de recomendaciones de “no hacer” entre niveles asistenciales conlleva una mejora en la atención que se realiza, evitando pruebas innecesarias que podrían ser contraproducentes e incluso lesivas para el paciente.

El autor principal del proyecto, José Luis Zambrana García, coordinador asistencial del hospital montillano, explica: “Es un área de trabajo en la que en España tenemos aún mucho camino que andar. La iniciativa nació en Estados Unidos en la pasada década, a instancias de los propios pacientes y los profesionales sanitarios. Rápidamente se propagó por el resto de los países occidentales, con distintos eslóganes como “Eligiendo sabiamente” o “Más no siempre es mejor”.

En España, fue en abril de 2013 cuando se presentó formalmente por parte de las Sociedades Científicas y el Ministerio de Sanidad, como un compromiso por la mejora de la atención sanitaria. Sin embrago, su conocimiento y difusión aún es limitada entre los profesionales y los propios pacientes. Estamos hablando, en realidad, de dejar de realizar procedimientos diagnósticos y tratamientos que según atestigua la evidencia científica no aportan ningún beneficio al paciente ni a su diagnóstico, pero que por rutina muchas veces o por falta de actualización, están estandarizadas en la práctica clínica habitual.

Zambrana añade: “La clave es impregnar de prudencia nuestro quehacer diario, aportando seguridad en la atención. Realizar pruebas no recomendadas, obsoletas o repetirlas precozmente no aportan información a la hora de tomar decisiones clínicas y sin embargo, pueden poner en riesgo al paciente. Estamos hablando, por ejemplo de exponer a los pacientes a rayos X o de repetir pruebas analíticas molestas y dolorosas que va a ser necesario volver a realizar por el escaso intervalo de tiempo transcurrido.

Además de José Luis Zambrana García, también han participado en el trabajo premiado los médicos especialistas en Análisis Clínicos del Hospital de Montilla Carlos Macías Blanco y María Ángeles Arroyo Jiménez, el especialista en Hematología del centro, Antonio Vicente Rueda, Miguel Ángel Fernández Fernández, director asistencial del Área de Gestión Sanitaria Sur de Córdoba, y María José Velasco Malagón, médico internista del centro montillano.

Otros premios nacionales

El Hospital Comarcal de Montilla también recibió en noviembre de 2011 un premio nacional a la Calidad, en la modalidad de ‘mejores prácticas clínicas’, otorgada el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad por la puesta en marcha de un proyecto para agilizar la comunicación de los resultados críticos obtenidos en pruebas diagnósticas, de laboratorio e imagen, cuyo conocimiento precoz puede ser decisivo para salvar la vida de los pacientes.

El protocolo de actuación implantado detalla el circuito que los profesionales deben seguir cuando se obtienen resultados de determinadas pruebas diagnósticas que se encuentran fuera de los valores considerados normales y requieren la toma de una decisión terapéutica inmediata. Así, el procedimiento establece un tiempo máximo de 30 minutos para poner en conocimiento del facultativo responsable –normalmente el mismo que solicita la prueba-, el dato obtenido de la prueba realizada al paciente, redundando en una mejora de la seguridad del paciente y garantizando una actuación más rápida ante su problema, que en ocasiones puede resultar determinante.

Por otro lado, en diciembre de 2015, el centro montillano recibió también el premio Kaizen Lean (iniciativa que premia entidades nacionales que se destacan por la implementación de una cultura de mejora continua), dentro de la categoría ‘Excelencia en el sector de la salud’ por un trabajo sobre optimización de demoras en pacientes con cáncer de colon.

El trabajo presentado a los galardones, mostraba cómo la reingeniería del proceso de atención al paciente con cáncer de colon llevada a cabo en los últimos dos años en el centro montillano ha conseguido reducir la demora para la intervención quirúrgica de este tipo de pacientes en casi un 10%. Así, se ha logrado que la gran mayoría de los pacientes -nueve de cada diez- sean intervenidos en un plazo inferior a 30 días desde que se produce el diagnostico hasta el momento de la cirugía, cumpliendo así con los estándares de calidad recomendados.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
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