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Mercedes C. Belloso | Volar

El ser humano nació sin alas, por lo que la posibilidad de surcar los cielos no es posible por sí solo, no como hacen las aves más grandes y hermosas de la tierra o los pajaritos más pequeñitos y entrañables como el gorrión que, al ver su hábitat natural invadido por la llamada civilización, increíblemente se ha adaptado a vivir en las urbes e, incluso, ya existen muchas fotografías en Internet donde podemos verlo visitando las migas de comida de lujosos restaurantes.



Si bien es cierto que no tenemos alas, sí tenemos una mente privilegiada que nos permite volar con la imaginación, crear y, aunque sea duro decirlo, destruir con la misma fuerza con la que imaginamos y volamos. La vida cotidiana en la que vivimos inmersos es absorbente: nos inunda con su implacable contundencia, sumergiéndonos en la vorágine de la búsqueda, de seguir hacia delante sin dejar el ayer, sin nuestro consentimiento, lo que implica que nos deja poco espacio para otras cosas.

La implicación en temáticas más profundas es algo difícil, ya que nos abruman las miles de preocupaciones que se nos plantean desde nuestra posición en el mundo. Esta vida cotidiana, que bebe de las necesidades que nos han impuesto como son las de consumo, las de poseer bienes materiales sin que nunca sea suficiente lo que tenemos, nos sumerge en la tristeza.

Todo esto está unido a una incertidumbre que cada vez es más acuciante, lo que nos empuja hacia las dudas, el miedo y la casi obsesión por lo material y por el consumo desmedido. Todo este hastío y cansancio mental y físico nos lleva a buscar espacios de escape, para no pensar; espacios de inmovilidad, que nos permiten dejar temáticas más profundas para quienes cobran por ello.

Esto es preocupante porque lo que es de todos tenemos que cuidarlo juntos. Sin embargo, este círculo vicioso en el que nos encontramos nos lleva a que otros decidan nuestro futuro, por ello, estamos abocados a que esos otros u otras tomen decisiones por nosotros, lo que no siempre es positivo.

¿Se han preguntado alguna vez cómo se está especulando con lindos deportes que hablan de grupo, de unidad, de lucha compartida...?  Estamos en época estival de venta y compra de jugadores y podemos escuchar en las noticias que están vendiendo a tal o cual jugador por 15 millones para el club y 5 millones de euros al año para el jugador por un contrato de cuatro años. ¿De verdad una persona necesita tanto dinero? ¿Cuántos proyectos de reducción de la pobreza, de generación de empleo, de emprendimiento sostenible, de cambios productivos por otros más sostenibles, de formación y preparación de los medios rurales para hacerlos más atractivos y creando empleo para los jóvenes, para los jóvenes, se pueden ejecutar con 5 millones por año?

No creo que se pueda presumir de incentivar el deporte sano y la buena salud física y mental cuando se especula con tantos millones que podrían paliar parte del hambre en el mundo y mitigar los problemas de miles de familias en el mundo y cientos en España que viven con lo mínimo y que se ven todos los días invadidos de esa vida cotidiana que les dice "si no compras, no eres; si no tienes, no eres nada"; "lo mejor es tener y tener y tener". ¿O acaso no es eso lo que nos venden las televisiones con sus anuncios versados y estudiados al milímetro para atacar los sentimientos y sentidos de todos y todas?

Pero si algo tenemos los humanos es imaginación, ganas de superarnos y de buscar oportunidades y, como decíamos al principio, estamos dotados de una mente incomparable, que nos permite tener creatividad, soñar y volar y, sobre todo, buscar nuevas formas y modelos de vida que no sean tan invasivos con La Tierra y con la vida que hay en ella.

Ban Ki-moon,  ex secretario general de Naciones Unidas, decía que “lo rural puede vivir sin la ciudad, pero la ciudad y las grandes urbes necesitan de lo rural para seguir viviendo”. Por ello creemos que donde verdaderamente se pueden encontrar oportunidades es en el ámbito rural, en donde la simpleza se vuelve música, siendo necesario cohesionar lo rural con las nuevas tecnologías, con la innovación y con la calidad de vida.

Es necesario trabajar con los municipios y desde lo municipal, dotándolos de las herramientas necesarias para trabajar con los ciudadanos en la creación de oportunidades desde la transparencia, la cercanía y gobiernos municipales abiertos e participativos, dejando de lado las siglas partidistas, para trabajar desde lo cercano, con el pensamiento en que las mejoras que se hagan son para favorecer a tu vecino, pero también para favorecer la calidad de vida de todos los que habitan cada municipio.

La innovación social y la tecnología tienen que ir de la mano para crear oportunidades específicas para los sectores más desfavorecidos, por ello creemos que hay que trabajar con instrumentos y metodologías que permitan conocer y actuar de forma efectiva y eficiente en la erradicación de las brechas que han permitido llegar a situaciones insostenibles para una vida digna.

La lectura de la crisis económica y sus persistentes efectos nos deja importantes lecciones. Es necesario cambiar nuestro modelo productivo, hacer una profunda transformación ecológica de nuestra economía, asegurar que los beneficios del crecimiento económico redunden en menor pobreza y en mayor igualdad y asegurar los derechos humanos y nuestro Estado Social y de Derecho.

Por ello creemos que se hace necesario trabajar con la Agenda 2030 y con los objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) aprobados por Naciones Unidas y por los 193 países miembros en 2015. El logro de los ODS depende, más que nunca, de la habilidad de los actores locales, tanto públicos como privados y regionales, para promover un desarrollo territorial integrado, inclusivo y sostenible.

Como se subraya en el Informe de Síntesis del secretario general de la ONU, "muchas de las inversiones para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible tendrán lugar a nivel subnacionales y estarán dirigidas por las autoridades y líderes locales". Tratándose del nivel de gobierno más cercano a la población, los actores territoriales locales se encuentran bien posicionados para crear conciencia sobre la importancia de los ODS y su relevancia para las comunidades locales.

Los ODS son relevantes para la gente común de todo el mundo, en este caso de España y de Andalucía. Los ODS tocan temas que se encuentran directamente relacionados con la vida cotidiana de las personas, de los negocios rurales, incluso los retos vitales, como son la pobreza, la desigualdad de género, el cambio climático y la inseguridad, así como los bienes públicos como la educación, la salud, el agua, la energía, la calidad del aire, de la vivienda, y la conservación de los recursos naturales.

MERCEDES C. BELLOSO
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